Venerable Edel Quinn

Un día de 1937 un sacerdote Alemán llevaba a una joven Irlandesa a una reunión de la Legión de María, alejándose algunas millas de su misión en África.  Llegaron a un río tan crecido que el puente que lo atravesaba ni siquiera se alcanzaba a ver.  Él estaba a punto de dar marcha atrás cuando la joven gritó: “Oh, Padre – por favor siga adelante, estoy segura que Nuestra Señora nos va a proteger”.  Él estaba aterrorizado,  pero descubrió que no podía resistirse a tanta fe.  Unos hombres se sujetaron en una cadena humana para verificar que el puente aún seguía allí. La joven era Edel Quinn y el incidente era típico de su historia.  En 1936 ella fue enviada desde Dublín para establecer la Legión en el Este y el Centro de África.

Las dificultades eran enormes pero ella cumplió con cada reto, con fe y coraje inquebrantables.  cuando otros vacilabana, su respuesta invariable era “Por qué no podemos confiar en Nuestra Señora?” o “Nuestra Señora se hara cárgo de todas las cosas”.  Por casi ocho años, con su salud deteriorándose constantemente, ella trabajó en los vastos territorios que le habían sido asignados.  Se establecieron de manera permanente cientos de præsidia de la Legión y muchos consejos superiores.  Como resultado, miles de Africanos se dedican a la labor de evangelización de la Iglesia.En la fuente de toda la actividad de Edel estaba su profunda unión con Dios, apoyada en la oración constante.  La Eucaristía fue el centro de su vida. “Qué desolada sería la vida sin la Eucaristía”, escribió.  Su devoción a María estuvo marcada por una confianza filial y generosidad absoluta.  Parecía tener siempre en su mano el Rosario de María.

Edel murió en Nairobi el 12 de Mayo de 1944.  En 1957 el Arzobispo de Nairobi inició su proceso de Beatificación y se examinaron a muchos testigos, principalmente en África e Irlanda.  Su evidencia, publicada por la Santa Sede, apunta no sólo a su extraordinaria santidad, sino a la santidad en su más atractiva forma.  Las palabras amor, alegría, paz aparecen en casi todos los testimonios.  El Vicario General de la isla Mauricio hablaba por muchos cuando dijo: “Quiero hacer énfasis especial en su alegría constante; ella siempre estaba sonriente; nunca se quejó; siempre estaba a disposición de las personas, nunca escatimó su tiempo con ellos”.
La Santa Sede tiene en sus manos el juicio de su heroica santidad.  Entre tanto, cientos de Obispos han escrito al Santo Padre en respaldo a su Causa, la mayoría de ellos, de manera comprensible, enfatizando su preferencia especial por la juventud de su tiempo.  Edel, en palabras de un Cardenal Español, fue “una imagen de la eterna juventud de la Iglesia”

El 15 de Diciembre de 1994, el Papa Juan Pablo II declaro “Venerable” a Edel Quinn.
Para su Beatificación aún se requiere un milagro atribuido a su intercesión.


Oración por la Beatificación de la Venerable Edel Quinn

Padre Eterno, te doy gracias por el don que concediste a tu sierva, Edel Quinn, de esforzarse por vivir siempre en el gozo de tu presencia, por la radiante caridad infundida en su corazón por el Espíritu Santo, y por la fortaleza que sacó del Pan de vida para trabajar hasta la muerte por la gloria de tu nombre, en dependencia amorosa de María, Madre de la Iglesia.

Confiando, Padre Misericordioso, en que su vida te fue agradable, te pido me concedas por su intercesión el favor especial que ahora te imploro…, y des a conocer con milagros la gloria que ella goza en el cielo, para que también sea glorificada por la lglesia en la tierra. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

 Con aprobación eclesiástica.

Traducido del sitio oficial del Concilium Legionis por Mauricio Riveros.