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Mensaje del Director Espiritual – Septiembre de 2020

Luis Carlos Bernal Rico, Pbro.
Director Espiritual Senatus Annuntiata – Bogotá

 

“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel (que significa: Dios con nosotros)” (Mt 1, 23; cf. Is 7, 14). 

Empezó el mes de septiembre, conocido por muchos como el mes del amor y la amistad.

Respecto del amor, recordemos como hace unos 2035 años nació una niña, que luego, muy joven, dijo sí al Señor, es decir, aceptó ser la madre del Amor. Posteriormente, unos 1936 años después, hace 99 años exactamente, en la víspera de la celebración de su Natividad, el 7 de septiembre nació en Dublín una nueva forma de apostolado, la Legión de María, que siguiendo el ejemplo de los apóstoles, empezó “a visitar de dos en dos (…) a los enfermos y a los más necesitados. Los trazos que desde el principio caracterizaron la asociación son la oración en común, el trabajo apostólico y la reunión semanal”. (http://www.laityfamilylife.va/content/laityfamilylife/es/sezione- laici/repertorio/legio-mariae-.html acceso: 29 de agosto de 2020).

“Este ejército mariano, ahora tan numeroso, tuvo los más humildes comienzos. No se formó conforme a un plan preconcebido; brotó espontáneamente. Tampoco se formuló un proyecto de reglas y prácticas. Al contrario, por todo preparativo, alguien sugirió una idea, se fijó una tarde1, y se reunieron unas cuantas personas, sin sospechar que habían de ser instrumentos escogidos por la divina Providencia”. (Tomado de http://www.legiondemariabasauri.org/historia-de-la-legion-de- maria/historia-de-la-legion-de-maria-2/ acceso: 29 de agosto de 2020).

La anterior afirmación puede parecer poco edificante, quizá suena a una idea un poco anarquista, pues la Legión de María es profundamente organizada, siguiendo sistemáticamente el Manual. Pero el énfasis del anterior párrafo está puesto en la humildad de los comienzos de la Legión, obra no de planes humanos, sino de la divina Providencia. De hecho, el sentido sistemático es tenido en cuenta por la misma fuente, la cual continúa la exposición de la historia de la Legión así: “En nada se distinguió la primera junta de las que hoy celebra la Legión de María en el mundo entero. La mesa, alrededor de la cual se reunieron, tenía puesto un altarcito cuyo centro era una estatua de la Inmaculada (Medalla Milagrosa), sobre un lienzo blanco, entre dos floreros y dos candeleros, con velas encendidas. Este conjunto (…) representa lo que es la Legión de María: un ejército al servicio de su Reina. Ella eligió a los miembros y sigue eligiéndoles, y no al revés. Desde entonces, los legionarios de María se han puesto en marcha y luchan a su lado, en su unión” (Ibídem).

Recordemos que la devoción mariana es profundamente cristológica, pues los adornos que ha recibido María son en virtud de ser la Madre del Señor, así, en la fiesta de la celebración de la Natividad de la Virgen María la Palabra nos presenta la genealogía del Salvador (cf. Mt 1, 1-16.18- 23), quién “pastoreará con la fuerza del Señor y con la majestad del nombre del Señor su Dios” (Mi 5, 3).

Por otra parte, en relación con los tiempos actuales, comparto con ustedes el anhelo de poder volver a celebrar juntos la Eucaristía, de forma presencial, en cada Diócesis, en cada Parroquia, en cada capilla y oratorio. No sé si cuando esté mensaje llegue a sus manos esto ya sea una realidad, si ya haya permiso en los distintos municipios de Colombia para llevar a cabo las celebraciones. Lo cierto es que nos corresponde como cristianos y como legionarios asumir con profunda responsabilidad y disciplina, valores que nos caracterizan, los protocolos de bioseguridad de la Conferencia Episcopal, hacerlo es un acto de amor al prójimo y a nosotros mismos, y en su difusión, por los medios que estén a nuestro alcance, tenemos una oportunidad de apostolado para la nueva normalidad.

Empecé esta reflexión mencionando el amor y la amistad, pues bien, con sentimientos de gratitud para quien nos eligió sigamos nuestra marcha al servicio del Amor encarnado, al servicio del hijo de María. Estos interrogantes pueden ayudarnos a mantener el ritmo ¿Cómo está nuestro amor?

¿Cómo estamos haciendo vida, en nuestro día a día, en nuestras relaciones familiares, en nuestras relaciones con las hermanas y con los hermanos legionarios, el amor a Dios?

( Un dato que puede ser de nuestro interés, en Dublín el sol se pone hacia las 8 de la noche en los primeros días de septiembre).


Reflexión legionaria en tiempos de pandemia

Luis Carlos Bernal Rico, Pbro.
Asesor espiritual.

Reflexión legionaria en tiempos de pandemia

En estos días llamé a mi mamá y se quejó del frío y la lluvia en el Huila. Yo la invité a dar gracias al Señor por la lluvia, pues es agua, y por tanto vida. A lo cual mi mamá me respondió con su cariño y naturalidad de campesina “sí mijo, pero se le está yendo la mano”. Les comparto esta sencilla anécdota con el ánimo de conectar nuestra situación actual con Evangelio de Mateo en el capítulo 14. Dice san Mateo que, tras la muerte de Juan el Bautista, el Señor se retiró en una barca a un lugar tranquilo para estar a solas (cf. Mt 14, 13). Cuando leí el Evangelio del próximo domingo, pensé que el confinamiento para preservar la vida propia y de los demás es una oportunidad para ir a un lugar tranquilo, para estar a solas, para silenciar nuestro espíritu de tantos ruidos. Nos hacen falta las juntas semanales, la junta del Consejo superior, la participación en los sacramentos… pero visto desde la fe, las circunstancias actuales constituyen una oportunidad, de hecho, San Pablo dice que “todo contribuye al bien de los que aman a Dios” (Rom 8, 28).

No me digan, por favor, que al Señor se le está yendo la mano. Por mi parte no quiero invitarlos a tener resignación, pues, a diferencia de la paciencia, la resignación no es cristiana, la resignación tiene cara de derrota, y los cristianos no somos unos derrotados, pues estamos unidos a Cristo, quien venció la muerte con su resurrección. Mi invitación es a preguntarnos de manera individual, pero con pensamiento comunitario, y en actitud de oración ¿Cómo puedo sacar provecho de esta situación? ¿Cuál es la oportunidad que el Señor me está ofreciendo? ¿Hay algún aspecto de mi vida en el que debo trabajar? ¿A qué me invita el Señor en este tipo de silencio y soledad? Y si de pronto por mis circunstancias particulares este no ha resultado un tiempo de silencio, de soledad, de encuentro con Él ¿Puedo hacer algo al respecto?

No perdamos de vista que como en el Evangelio, el Señor siente compasión de nuestro sufrimiento y está dispuesto a sanarnos (cf. Mt 14, 14), pero quizá no es el CoViD-19 la enfermedad de la cual necesitamos ser sanados, esta enfermedad se asocia con síntomas respiratorios, con el aire, y el señor sopló sobre los discípulos y recibieron el Espíritu Santo, quizá nuestra humanidad necesita ser sanada de una obstrucción que no nos permite respirar a Dios, quizá necesitamos el soplo del Señor para recibir su Espíritu. Al caer la tarde sus discípulos vislumbraron una decisión facilista “despide, pues, a la gente para que vayan a los pueblos y se compren comida” (Mt 14,15). Pero el Señor siente compasión y nos dice “dénles ustedes mismos de comer” (Mt 14, 16). También nosotros podemos sentir la tentación de la indiferencia ante al sufrimiento del otro, o de decirle al Señor que despache a los otros, que los mande a buscar solución a sus dificultades, y de querer quedarnos solos con él, en nuestra comodidad, sin compartir nuestros panes y peces, sin compartir lo que somos y tenemos.

El Señor sigue actuando, sigue bendiciendo, sigue partiendo el pan, y lo sigue repartiendo (cf. Mt 14, 19), pero la compasión del Señor llega por medio nuestro, estamos llamados a poner en sus manos nuestros dones, y a ser sus manos, a repartir esos mismos dones, nuestra vida misma… El llamado es a retirarnos a solas con Él, escucharlo, alimentarnos de Él a través de su Palabra, de la comunión espiritual, de la oración personal, para, de la mano de María, atender su mandato, actuar, llevar su alimento a nuestros hermanos y hermanas.

 

22.06.2020 - Administrador

Tomen la verdad como cinturón, la justicia como coraza; 15.tengan buen calzado, estando listos para propagar el Evangelio de la paz. 16.Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio. 17.Por último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o sea, la Palabra de Dios. Carta a los Efesios 6

Hnos. San Pablo nos invita a revestirnos de las armas de Dios y protegernos con la espada del Espíritu Santo que es la Palabra y ser hombres y mujeres valientes experimentando la fuerza de Dios, su esperanza, sin quejas y llanto sino valientes transmitiendo esperanza, unidad y para ello es necesario meditar la Palabra de Dios como la Virgen María: ” María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón ( Lc 2, 19)


07.03.2020 - Allocutio

La conexión de la legión con la Inmaculada es el alma de su apostolado. Pensemos en María
en este camino cuaresmal: su oración, su sencillez, su servicio, su confianza en Dios. Así como en la primera reunión los socios se reunieron en torno a la imagen de la Inmaculada, en torno a de María en sí, siempre nos reunimos en torno a ella. El texto de la biblia que parece someter a los legionarios es “Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre su linaje y el tuyo, ella pisara tu cabeza, mientras tu herirás su talón” (Gen 3,15); si hubiera habido la más mínima culpa moral en María no habría habido enemistad con satanás y estaríamos sujetos a él. María fue creada inmaculada, libre de pecado; como legionarios queremos compartir su aversión total al pecado, nada destruye más que el pecado, por eso nos unimos en la guerra en su contra, en nosotros mismos y donde quiera que se encuentre.
La Inmaculada se refiere a la plenitud de la gracia en María, ella es la llena de gracia para ser la digna madre de Dios y madre de todos los seres humanos, la gracia tiene la última palabra sobre el pecado, la victoria sobre el pecado viene a través de María, Dios la escogió para ser el instrumento de todas las gracias merecidas por la muerte y resurrección de nuestro Señor, el legionario está llamado a ser un instrumento de la gracia en el mundo, con, por y en total de dependencia de María; nuestra principal función debe ser apóstoles de la gracia, debemos
proclamar con nuestras vidas que la victoria viene de María, debemos encarnar el espíritu de la Inmaculada Concepción.


01.02.2020 - Allocutio

San Maximiliano María Kolbe nos dice que la Inmaculada es la obra más perfecta, el trabajo
más sublime de Dios, San Buenaventura, por su parte expresa que Dios podría crear un mundo más perfecto, pero no podría dotar a ninguna creatura con mayor dignidad de la que posee María; la Madre de Dios es la creatura más semejante a Dios, y ella es nuestra patrona, lo cual nos debe alegrar y comprometer. Al celebrar los 73 años de la Legión de María en Colombia hay que alegrarnos con María y honrarla con nuestro servicio
legionario. Se nos anima a seguir en nuestro servicio como legionarios y como cristianos. Finalmente, se nos invita a prepararnos para el miércoles de ceniza, que sea una oportunidad de renovación, que no sea una rutina o un ritual monótono.


04.01.2020 - Allocutio

Se inicia la reflexión con la lectura del Dt 6,4, y se hace referencia a varios apartados de la
biblia donde se reconoce a Jesús como Dios y Señor; por tanto, María es Madre de Dios, debido a que engendró y encarnó al mismo Dios; Él quiso en su infinito amor encarnarse a través de la virgen María; la fiesta de María Madre de Dios se celebra el 01 de enero, se nos invita a conocer y defender los dogmas Marianos.


2017 - Administrador
Decreto reconocimiento y estatutos
Su Excelencia Mons. Josef Clemens, secretario del dicasterio,

hizo entrega del decreto con el que la Legio Mariae es reconocida como
asociación internacional de fieles y por medio del cual se aprueban los estatutos de esta realidad eclesial.